Se ha cerrado la fase de una arquitectura icónica, con edificios peleados con su entorno mientras algunos arquitectos defienden una ciudad más legible, clara.
Hace poco más de dos años la arquitecta iraquí Zaha Hadid y el entonces alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, colocaban la primera piedra de la Torre Espiral, que debía ser el edificio símbolo del campus del Besòs, junto al Fórum. Se sumaba a la lista de edificios emblemáticos diseñados por arquitectos estrella: la Agbar de Jean Nouvel, el hotel ME de Dominique Perrault, el conjunto del Fórum, de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, y el español Josep Lluís Mateo, por citar solo algunos. Entonces llegó el gran apagón. Todavía dio tiempo a inaugurar la torre Diagonal Zero, del taller de arquitectura EMBA de Enric Massip-Bosch.Pero ya no queda tiempo ni recursos para que otro proyecto de este tipo pueda levantarse en un futuro previsible.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria deberiamos pensar en funcionar en sentido distinto, quizás el tipo de arquitectura monumento que ha creado la Barcelona actual, un modelo de éxito y de referencia internacional, podría estar agotándose.
En cuanto al modelo de arquitectura que se impondrá en el futuro, las opiniones varían enormemente. Hay críticos con los edificios emblemáticos ajenos al territorio que ejemplifican “la soledad de la arquitectura”. Por otro lado tenemos el discurso en torno a “la autosuficiencia de las ciudades, de los barrios, de los edificios” y combina lo ecológico con un nuevo urbanismo, más local, con “barrios de baja velocidad, en los que se pueda vivir, trabajar y descansar” , descartando el modelo de arquitectura icónica.
Ahora mismo, la ciudad está entre las cinco primeras dream cities, una clasificación que encabeza París, pero, qué futuro nos espera la Arquitectura en Barcelona? ¿Estaremos viviendo el final de la era de la arquitectura del espetaculo, tal como anuncia la Bienal de Venecia en su 13 edición?
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