Jefatura de la Policía Local | Alberto Cerezo Narváez

La abstracción del volumen en sombras, la sombra sólida. En un extremo de la periferia de la ciudad de Conil, de crecimiento emergente y privilegiada encrucijada de caminos, se sitúa el solar. Ante este paisaje áspero de ciudad difusa y desdibujada, la propuesta opta por un edificio introvertido, con una serie de relaciones precisas con el entorno. La respuesta satisfactoria a los requerimientos funcionales requiere de un alto grado de autonomía. Se emplean unos materiales humildes, blancos, inalterables al tiempo y al clima; y se utiliza una geometría compacta, precisa, concisa, contundente, estereotómica, monolítica, tallada por el juego de vacíos y patios, matizada y cualificada por la luz del lugar. Un patio central a triple altura ordena el proyecto. Una circulación alrededor del mismo, garantiza el desarrollo funcional del programa. Un espacio discontinuo y dinámico, que se expande o comprime tanto horizontal como verticalmente cuando conviene a su organización interior, y fluye hacia la cubierta buscando la luz natural de los lucernarios que constituyen el centro de la edificación. Se rechaza la idea de entender la Jefatura de la Policía Local como un edificio sin relaciones espaciales, de arbitrarios recorridos, obsoleto antes de su concepción, resuelto con una vulgar sucesión de bandejas horizontales colmatadas. En cambio, se propone un edificio significado por su espacio interior, fluido y dilatado, definido esencialmente por un gran patio que transita verticalmente todos los niveles, en el que la luz natural, como no suele ser habitual en edificios de esta naturaleza, asume un papel decididamente protagonista.