Casa La Chinita | DX Arquitectos

“La forma de la vivienda nace de un gesto de nuestra amiga Francisca quien en una de las reuniones exploratorias para este diseño dijo “Quiero una casa que reúna”, haciendo un gesto circular con la mano. Desde ahí nació la fuerza centrípeta/centrífuga que funda en este proyecto.”
Juan Luzoro, 2021

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Located in the IV Region of Chile, at beginning of the Atacama Desert, this house was designed to bring together several members of an extended family.

People of several generations and guests congregate in a space sheltered from the harsh northern wind and sun rays.  From the outside, surrounded by a high palisade, this space projects onto a covered terrace and then towards the interior, maintaining at all times the view of the breaking wave of the wild Pacific sea.

We tried to gradually blur the limit between the open and closed spaces, while preserving the nature of the local landscape in a large central patio. This is where the family can exponentially inhabit, tying circulations, views and access to all the programs of the house.

The shape of the house was born from a gesture of our friend Francisca who, in one of the exploratory meetings for this design, said "I want a house that brings us together", making a circular gesture with her hand. From there was born the centripetal / centrifugal force that founds this project.

When the geometry involved in the game of the foundational circumference and secants, which seek to accommodate a necessarily orthogonal program, was revealed, the house was baptized by the design team as “La Chinita”.

Credits
Architecture Firm: Dx Arquitectos

Lead Architects: Juan Jose Luzoro Vial

Photography
Pablo Blanco Barros
www.blancofoto.com

[ES]

Ubicada en el corazón de la IV Región de Chile, en las puertas del desierto de Atacama, esta vivienda fue pensada para reunir a diversos integrantes de una familia ampliada.

Personas de varias generaciones e invitados se congregan en un espacio protegido de las inclemencias del viento y el implacable sol nortino. Desde el exterior, circundado por una alta empalizada, este espacio se proyecta primero, a una terraza techada que se asienta como el centro indiscutible de la casa, lugar donde todo converge; y luego hacia el interior, que está articulado por espacios íntimos (las habitaciones y baños) que se disimulan al cerrar las puertas generando una trampa al ojo que contribuye a un modo de circulación por ese espacio que rescata en todo momento la vista a la ola rompiente del océano Pacífico salvaje.

Por consiguiente, el trabajo arquitectónico se basó en la intención de difuminar gradualmente las fronteras entre lo abierto y lo cerrado y, a la vez, preservar en un amplio patio central la particular naturaleza del lugar, que es donde el habitar sucede exponencialmente, anudando circulaciones, vistas y accesos a todos los programas de la casa.

La forma de la vivienda nace de un gesto espontáneo de nuestra amiga Francisca quien en una de las primeras reuniones exploratorias que realizamos con el equipo para este diseño manifestó que “quería una casa que reúna”, haciendo un gesto circular con la mano. A partir de ese movimiento grácil, sutil y no deliberado nació la fuerza centrípeta/centrífuga que se transformó en el ánima fundadora de este proyecto.

Luego, una vez que se fue revelando la geometría implicada en el juego de la circunferencia fundacional y las secantes, en la que se buscó acomodar un programa necesariamente ortogonal, la casa fue bautizada por los arquitectos que eran parte del equipo de diseño como “La Chinita”.