Casamar Housing Complex | 404 Arquitectura

The Casamar housing complex is located by the Northern Peruvian Sea in the Pacific Ocean on a beach in Zorritos, Perú.

This project originated with five friends who acquired a beach parcel to turn into a personal vacation space whenever they needed it; and, when not, to rent. The owners divided the lot into five homogeneous parcels, each of 8m by 100m, which led to an elongated house model and contained the same piece of housing that repeats itself 5 times.

Thus, the Casa M1 materializes. It results in a complex that functions as an individual home for each use and acquires wholeness through the configuration of its elements.

Following the elongated area of each sub-lot, the unit required a long shape to contain the entire individual setting. Also, owners required privacy between dwelling homes leased to different families, so there had to be complete privacy between adjacent sides of the houses.

To accomplish this goal, we had to opt for lateral and rear fronts -North, South, and East- extremely 'opaque'; and create strategies to generate a controlled and efficient income of light and air through narrow openings, overhead light, and piecework that would later form balconies. Conversely, towards the West, the front could be very translucent to obtain the best view of the beach.

Each bedroom piece arises under the battling notion of needing to open up for ventilation without allowing a visual record; in addition to being the most intimate part of the program, it had to be placed in one of the private fronts of the piece.

In response, a modular bedroom piece is created, which, through voids on the south front, works with a private patio or balcony that allows it to open to the West, receive the predominant wind from the southwest, and have a view of the sea. This would cause the recurrence of this modular piece to become the nucleus of the composition and configuration of the project.

The equatorial climate of high temperatures and torrential rains remained a challenge. For this, thermodynamics plays a vital part and appears as a formal response to the context through ceilings.

The natural light brightens up the bedrooms with overheard lights thanks to the heights and inclinations of the roof. In addition, it works harmoniously with the balconies to draw cool air from the wide southwest void and drain hot air through the cross-ventilated northeast clerestory.

The result of this work translates into the fact that, when visiting Casa M1 and the Casamar complex, the user encounters varied and rich situations of exposure to light and air that enriches the spatial route of the work. Moreover, they make human activity comfortable, inviting, and pleasant at all times.

Descripción (Spanish)

El complejo de viviendas Casamar se ubica sobre una playa de Tumbes, entre la carretera Panamericana Norte y pocos metros del mar peruano-norteño del Océano Pacífico.

La historia de esta obra comienza con 5 amigos que decidieron comprar un terreno, con el fin de convertirlo en un espacio vacacional personal cuando lo necesitasen; y, cuando no, de alquiler. Por ello, y con un fin diplomático, el terreno debía dividirse en 5 parcelas homogéneas; y contener una misma pieza de vivienda que se repetiría 5 veces.

Es ahí cuando emerge la Casa M1; una unidad que debía funcionar como una vivienda individual para cada uno de los usuarios -propietarios o arrendatarios-, pero que adquiere sentido a través de la configuración de su conjunto.

Parametrizada por su sub-lote -de 8m por 100m-, la unidad requería una forma alargada para contener todo el programa. Asimismo, los usuarios pedían privacidad entre unidades para poder ser arrendadas a diferentes familias, por lo que tenía que haber completa privacidad entre los lados adyacentes de las casas.

Ante esta premisa, la unidad debía optar por fachadas laterales y posteriores -Norte, Sur, y Este- sumamente ‘opacas’; y crear estrategias para generar un ingreso, controlado y eficiente, de luz y aire a través de vanos esbeltos, luz cenital y destajos que, luego, formarían balcones. Opuestamente, hacia el Oeste la fachada podía ser muy traslúcida para obtener la mejor vista del mar y la playa sin perder privacidad.

De esta manera, la pieza del dormitorio se concibe bajo la idea antagónica de necesitar abrirse sin permitir un registro visual; ya que, además de ser la parte más íntima del programa, debía estar ubicada en una de las fachadas privadas de la pieza.

Como respuesta, se crea una pieza modular de dormitorio la cual, a través de destajos en la fachada sur, funciona con un patio o balcón privado que le permite abrirse hacia el Oeste. Esto le da la posibilidad de recibir el viento predominante del suroeste, y tener vista hacia el mar en cada una de las repeticiones. Y, provocaría que la repetición de esta pieza modular se convirtiese en el núcleo de composición y configuración del proyecto.

El factor del clima ecuatorial de altas temperaturas y lluvias torrenciales quedaba por ser atendido. Por ello, la termodinámica aparece como una respuesta formal al contexto a través de los techos. Mediante un juego de alturas e inclinaciones en las losas del segundo nivel, la casa ilumina todos los dormitorios con luz cenital; y funciona en armonía con los balcones para recibir el aire fresco del vano amplio del suroeste y expulsar el aire caliente por del vano alto del noreste con ventilación cruzada.

El resultado de este trabajo se traduce en que, al recorrer la Casa M1 y el conjunto Casamar, el usuario se encuentre con situaciones muy variadas, y ricas, de exposición de luz y aire que enriquecen el recorrido espacial de la obra; y lo vuelven cómodo, interesante y agradable en todo momento para el que la habita.