Sinergia Tech | Federico Waneskahian

Equipo: Arq. Federico Waneskahian (proyecto y dirección), Arq. Ignacio Cajarville (Jefatura de obra), Ing. Alberto Catañy (Cálculo de estructura), Inquieto Diseño (señalética), Arq. Gustavo Bardavid (layout taller), Estudio UCS (render).

El proyecto parte de la premisa de crear el primer Fab Lab de la ciudad en medio de un centro de innovación que fuera el espacio de referencia de la incipiente comunidad maker y de emprendedores tecnológicos.

El reconocimiento temprano de que el programa iba a mutar continuamente y debería soportar actividades diversas, pautó un proceso de diseño basado en aproximaciones sucesivas al proyecto, integrando desde etapas tempranas del diseño a los involucrados, y realizando revisiones continuas, incluso durante el proceso de obra.

Desde el punto de vista espacial, el proyecto se desarrolla sobre una vivienda centenaria típica del barrio, con múltiples intervenciones anteriores, y sobre el área de un antiguo estacionamiento. El proyecto propone una combinación entre plantas libres y dobles alturas que potencien la integración entre los espacios y áreas privadas compartimentadas donde los usuarios puedan trabajar con mayor foco.Los espacios exteriores suman 320m2, complementando las áreas disponibles para los usuarios y permitiendo el vínculo fluido entre áreas de trabajo y esparcimiento.

El espacio se concibió como un soporte para el desarrollo de la creatividad, por lo que el proyecto apuntó a que los usuarios encuentren condiciones favorables para relajarse y trabajar con comodidad, ya sea de forma colectiva o individual, tanto en los espacios comunes como en los privados.

Desde el punto de vista de la materialidad, el diseño se orientó hacia la utilización de materiales y terminaciones simples, de corte industrial y al rescate de los elementos constructivos pre existentes (muros y pavimentos de piedra y ladrillo, estructura de perfiles de acero, etc).

En materia de iluminación, se incorporó iluminación natural cenital como un elemento distintivo del espacio, manteniendo niveles permanentes de iluminación durante el día y minimizando el consumo energético. El carácter relativamente neutro de los espacios desde el punto de vista cromático se quebró mediante la utilización de vinilos coloreados en la fachada principal, que modifican el esquema de colores interiores a lo largo del día.

Las intervenciones anteriores en la vivienda que enfrenta a la calle Pablo de María habían anulado el perfil característico de las fachadas del barrio. El proyecto retoma el esquema tradicional de las fachadas de las casas-patio, aunque despojada de los elementos ornamentales que habían sido dañados en intervenciones pasadas. Se trató de un ejercicio de búsqueda y recuperación de la ubicación y las dimensiones de los antiguos vanos, recuperando el ritmo de la fachada original, y de la puesta de manifiesto de los elementos constructivos fundamentales de la edificación.