Argentina 2010 | Frederic Barogi

La isla de los nombres.


El ancho abrazo que da la Argentina al hombre se cierra entorno a sus vivencias como una infinita madre. Sus hijos por vicisitudines ligadas a la tierra y a la historia, poseen una virtù: la de ser al mismo tiempo complejos y policromos, imagen ideal del nuevo ciudadano del mundo que se enamora y crece su casa en la nueva casa, germen de vida en la nueva vida.
Bs As es el lugar del injerto de la tierra con el hombre: es el simbolo de una vitalidad continuamente renovada, reserva de energia reactiva a las recientes vicisitudines historicas; dinamismo construido sobre la tradiciòn y la renovaciòn, como una planta rara, delicada y potente, unica y multiple.

El alma del proyecto reside en la individualizacion del Ombù, como planta magna y tipica del paisaje argentino, que crece junto con su pueblo trazando un paralelo entre la irrepetible historia personal de cada uno y la unidad de este arbol/simbolo.

El Ombù (....) es en realidad una hierba gigante que en los anos milochocientos se transformo en el simbolo del paisaje pampeano. La sombra y la majestuosidad de esta hierba era el parador y el punto de referencia de los viajeros: un oasis en el desierto, un faro en el mar.**
En 1880, los navegantes que del puerto de Montevideo hacian ruta para Bs As y subian el Rio de la Plata, utilizaban un derrotero de H.R.Ratto*** que tomaba como punto de referencia los ombues de la rivera del plata. El ombù marcaba los limites inciertos de las riveras levantandose en la cima de las barrancas y a lo largo de la costa, orientando a los navegantes, en sus viajes. El derrotero se vuelve el manual de navegacion del Rio de la Plata ,que da precisas instrucciones, para arrivar y partir desde Bs As a los navios provenintes de todo el mundo.
La imagen del Ombù rompe netamente la linearilidad del horizonte, marcando a fuego el paisaje pampeano y el skyline del Rio de la Plata.

Nuestra huella urbana representa una muestra del paisaje argentino bajo la forma de un abrazo posado sobre el agua, su referencia es el Ombù contenido en un cofre luminoso y vivo, como un precioso generador de linfas de las cuales poder dar y tomar nutricion; es la hierba gigante que crece junto con el pueblo representada de miles de nombres que componen la estructura misma del edificio. Del primer dia del ano 2010 cada nuevo nacido sera inscripto en el area vidriada y luminosa de las zonas cubiertas del cofre, formando en el tiempo una espesa trama de nombres, una epidermis transparente y sentimental, la piel biografica de Bs As: las personas se transforman en lugar y crecen entorno al arbol que reencontraron.

Nada es mas majestuoso que la naturalesa; con el supremo poder de no dejar a la arquitectura otra salida, que poner sus servizios en pos de las raices y de los datos anagraficos, sabia e historia, sangre y clorofila, hombre y geofrafia en una ecuacion que se puede resolver solamente con una armonica y natural comunion.

El espacio es una gran plataforma capaz de contener distintas funciones: eventos culturales, espectaculos, servicios gastronomicos y comerciales, lugares de diversion y recreacion.
Este espacio colectivo es un area de ingreso alla ciudad desde el rio, es un espacio de interconeccion con las areas limitrofes, es el atracadero a un nuevo pais y sobre todo el atracadero a un nuevo mundo. No es solo un ingreso fisico, es un lugar evocativo de historias pasadas y futuras, todavia jamas escritas, de llegadas y partidas en la memoria que une a los individuos con los espacios, a la ciudad, al territorio, al continente.

El diseño del paisaje argentino nos recibe en un interior de maderas y vidrios biográficos bajo cobijas constituidas de pastizales colgados. A la zona panorámica del Ombú se accede por medio de ascensores luminosos que evocan los meridianos energéticos por donde transita la linfa vital por las raíces estilizadas. La idea del "recorte paisajista" llega a su punto culmine con el Árbol que crece sobre una porción de terreno destacado del suelo y custodiado dentro de un faro/invernadero, como una isla majestuosa a la cual poder tomar como referencia, un milagro cotidiano que contiene la vida.