Kitchen Club

Para la creación de este espacio gastronómico y escuela de cocina se eligió un antiguo taller de coches, una nave a dos aguas construida en el patio interior de una manzana madrileña, en el Barrio Salamanca. Su acceso, peatonal y vehicular es un antiguo paso de carruajes. El planteamiento fue mantener espacios diáfanos en un entorno neutro donde el protagonista sean las cocinas, y que el espacio se prestase para la personalización de cada evento, como un gran manto o pantalla que pudiera recoger proyecciones e imágenes en sus muros. Para esto se construyó "una caja dentro de una caja", para aislar acústica y térmicamente, con techos y muros de Pladur en blanco, al igual que el suelo de pintura epóxica. El resultado es una gran sala multiuso, con dos cocinas participantes de esta sala, una pensada para presentaciones y showcooking, y una segunda con vidrio panelable, que pudiese unirse al gran espacio o trabajar con independencia de ruidos y olores. Los servicios y ofice se agrupan en un cubo que se encuentra acogiendo a las dos cocinas antes descritas. El mobiliario de cocina fue diseñado por el mismo arquitecto y construido por Mobalco, presentándose como los puntos de interés del espacio, en colores grises en muebles y encimeras de Corian blancas, islas suspendidas que dieran "liviandad" a estos espacios y equipados por Electrolux. El mobiliario de sala fue hecho bajo pedido, diseñado a medida, donde cada pieza puede tomar diferentes configuraciones y usus dando máxima flexibilidad a cada disposición requerida por los diferentes eventos. Los colores elegidos fueron grises, metálicos, negros, madera natural y acero negro.