Centro de Negocios Valgrande | Alberto Cerezo Narváez

Se proyecta un edificio multifuncional que ha de albergar una agrupación de locales comerciales en planta baja y un complejo de oficinas en plantas primera y segunda. Todas estas actividades disponen en el sótano de las suficientes plazas de aparcamiento, para que trabajadores y clientes puedan hacer un uso y disfrute correcto del edificio. Los locales comerciales se entregan en bruto y deben ser objeto de posteriores proyectos de adecuación; las plantas de oficinas se terminan en su totalidad, al igual que la planta del garaje en sótano. La modulación es la clave para conseguir la flexibilidad requerida por el programa y por posibles y sucesivas variaciones en este. El módulo adquiere una expresión física en el momento en que se emplean materiales y elementos constructivos no continuos, que provocan cierto ritmo y logran la idea de seriación e imagen corporativa identificadora. El ritmo constante en las luces de los soportes, el despiece de los elementos prefabricados de GRC que definen las fachadas y los parasoles, las seriaciones de las carpinterías y solería ayudan a organizar por módulos los distintos espacios del edificio. Rigidez para Flexibilizar, modular para lotear. El edificio, es una caja de planta sensiblemente cuadrada. Estructuralmente, se resuelve con una malla de una única luz constante de 7.5 metros, circundada por una perimetral de 4 metros. Con estas luces se resuelve el programa en todos sus niveles. Se configura con pocos materiales, pero nobles y bien avenidos. La idea de que la construcción ha de ayudar a conferir el carácter unitario deseado es innegociable. Es esencial que los usos multidisciplinares que tienen cabida se sientan totalmente integrados en el edificio e identificados con una imagen corporativa unitaria.