Centro Polideportivo y de Ocio | Alberto Cerezo Narváez

La parcela se encuentra situada en una manzana triangular que el planeamiento reserva para equipamientos en la zona sur de la ciudad, en una zona de inminente y ordenado crecimiento. El edificio cuenta con una ubicación privilegiada, llena de condicionantes urbanos y metropolitanos. Un borde duro, como es la autovía SE-30, un tejido urbano residencial y la presumible coexistencia con otros edificios y espacios públicos de interés para la ciudad, en el resto de la manzana. Dando respuesta a estos condicionantes se crea un edificio con personalidad y volumetría rotunda, dinámico y compacto. Un edificio pensado a partir de un volumen principal que alberga los usos deportivos y que se apoya en el borde más rotundo, el de la SE-30. A partir de él y rodeándolo, una banda, que se desarrolla a diferentes alturas, colmata el perímetro de la parcela y relaciona al edificio con las diferentes escalas urbanas del entorno. Los patios generados en su desarrollo realizan la comunicación entre el edificio y el espacio público. Las formas curvas, y la continuidad de su piel provocan el dinamismo y la singularidad del edificio. No tiene caras, tiene presencia. Una piel traslúcida (para que tamice la luz y la acoja en el interior) y blanca (para que la refleje y se muestre). El programa deportivo queda ubicado en el volumen principal: 2 piscinas cubiertas; gimnasio, fitness y spinning; 6 pistas de padel y cafetería. Y en la banda perimetral se recogen los usos que diversifican la oferta de ocio como son: el centro de rehabilitación, spa y crioterapia y el centro cívico.