57 VPP Granada | Alberto Cerezo Narváez

Voluntades e intenciones: Conseguir un conjunto autónomo, que se identifique mediante su implantación, rotundidad y materialidad. Fragmentar la esquina sin perder su unicidad, y negar el estaticismo derivado de la interpretación tradicional de la manzana cerrada. Autodeterminarse frente a la diversidad de tipologías circundantes. Relaciones con el entorno: 4 bloques lineales rotundos y puros, apoyados en basamentos zócalo, aislantes y filtrantes, que responden a los cuerpos bajos comerciales próximos, ofreciendo un carácter unitario y un talante conciliador gracias a la permeabilidad de sus esquinas que posibilitan el diálogo entre los espacios interiores y exteriores y la diafanidad en los límites de lo público y lo privado. La cualificación de los espacios semipúblicos interiores invita a las viviendas a volcarse hacia el interior de la propuesta con vistas cruzadas y diagonales, y negándose al entorno, a medio construir, diverso, desordenado, alejándose de miradas extrañas. El interior: A todas las viviendas se accede desde la plaza interior. Los espacios de día, se relacionan con el interior, fomentando las relaciones entre vecinos y los espacios nocturnos, de un uso más estático e inconsciente, se asoman al exterior, protegidos por el zócalo. Las cubiertas, se proyectan comunitarias, y están pensadas para observar, a modo de mirador, los entornos menos próximos, más agradables, y la plaza interior. Una cubierta para mirar. Una plaza para ser mirada. El tipo: Se propone un único tipo, que surge de la idea de suprimir pasillos y distribuidores, y cualificar el vestíbulo como lugar de encuentro y de fomento de relaciones, de manera que todas las estancias dan a ese lugar, quien a modo de patio ordena todos los recorridos. Un envoltorio que oculta las puertas y armarios, solidariza los espacios, homogeneizando el conjunto e ilumina robando luz de los espacios servidos. Espacios de día en una batería, espacios de noche la otra.