Casa del CHÉ | Alberto Cerezo Narváez

La vivienda se construye en una parcela rectangular de 10x14M situada en la esquina de una manzana construida en su totalidad por una promoción de viviendas unifamiliares adosadas en hilera dentro de un plan parcial que ordenaba la zona de mayor crecimiento de la ciudad; en un entorno nuevo, no vinculante, sin ligaduras. El volumen principal del edificio se separa de las medianeras y se muestra con una formalización cúbica rotunda, rompiendo definitivamente con las edificaciones que lo rodean. Se separa de distinta forma y a distintos niveles, generando los espacios que servirán de apoyo al interior de la vivienda. La planta baja da cabida al programa que los propietarios exigían como imprescindible, cocina, baño, salón-comedor y dos dormitorios. La planta alta y la planta desótano asumen usos de apoyo, ocio y esparcimiento. Como organizador de este programa aparece el vestíbulo, como pieza fundamental de la vivienda; blanco, inundado de luz y omnipresente; apoyado por los dos patios,desarrollado en la doble altura de planta alta y amenizado por la catarata de luz tamizada por el lucernario de cubierta. Dentro del vestíbulo una escalera metálica procura la comunicación entre plantas. Liviana y transparente, permite la iluminación cenital del sótano y adorna el vestíbulo sin comprometer su geometría y sentido. La simplicidad de las formas se acentúa por la utilización de un bajo número de materiales, texturas y colores. Blanco para los paramentos y techos, gris para las carpinterías exteriores y cerrajerías y la calidez de los tonos de madera de roble para las carpinterías interiores, peldaños de escalera y la solería.