vivienda para maria angeles y jose | fresneda+zamora arquitectos

La vivienda unifamiliar, a priori, ofrece un campo de investigación acotado dado que su programa funcional siempre suele mantenerse en un estrecho margen de invariantes. Por las circunstancias de necesidad del propio encargo no es un trabajo donde nos prestemos a la experimentación, al enfrentarnos a un cliente particular, a una familia, que va a hacer un esfuerzo importante durante todo el proceso, para finalmente quedarse con nuestro producto en propiedad. Es por esto por lo que en nuestros encargos de vivienda unifamiliar siempre establecemos un vínculo familiar con los clientes que va más allá de lo profesional, nuestro fin es hacer siempre una buena obra de arquitectura pero nunca a costa del cliente. El objetivo estará cumplido si tras todo el proceso, cliente y arquitecto, son amigos y comparten un mismo lenguaje arquitectónico. Hecho que conlleva una actitud docente y paciente por ambas partes. Siempre sabemos que hemos hecho una buena vivienda cuando no pasamos minuta por la dirección de la obra. En este sentido la vivienda construida para María Ángeles, Jose y sus dos hijos en Illora profundiza en las relaciones de las piezas vivideras con el patio y entre ellas mismas, siempre apoyada en su relación con su enclave y entorno. Sin duda y a nuestro entender los recorridos dentro de la casa y el establecimiento de un segundo recorrido exterior que discurre sobre el desarrollo de la fachada interior acompañando el itinerario de pliegues y giros que da forma al proyecto, es la acción proyectual que más reflexión le cabe en cuanto a su carga conceptual se refiere. Este recorrido genera unas galerías y terrazas en torno al patio que lo caracterizan y lo ponen en valor frente al mero espacio libre de parcela, permitiendo que la relación de la casa y el patio sea más intensa y bidireccional, el patio no es solo un espacio libre que permite ventilar e iluminar el interior de la casa sino que pasa a ser un estancia más de la misma tal y como ocurría en la casa patio tradicional, simplemente cambian las actividades que en él se desarrollan, ahora el patio aloja actividades de ocio y descanso (piscina o jacuzzi). Además las galerías tal y como ocurre en la casa patio tradicional son espacios de amortiguamiento de las condiciones higrotérmicas, discriminando el soleamiento directo sobre los paramentos de las estancias en verano o en invierno en función del ángulo con que la radiación incide en una u otra estación, por otra parte el patio junto con la lámina de agua de la piscina constituyen un mecanismo natural de regulación higrotérmica intemporal utilizado por prácticamente todas las culturas y épocas. Por todo ello nos permitimos hablar de una casa patio y no de una casa con patio. Dando un sentido de autenticidad al término sin renunciar a un lenguaje contemporáneo donde las relaciones espaciales y programáticas se tensan apoyadas en la, porque no, asunción de gags formales y materialidades “a la moda”. Al fin y al cabo somos arquitectos y por más que nos esforzamos siempre es difícil abstenerse de pretensiones plástico-formales buscando una imagen final bella y sorpresiva.