casa de campo en pachacamac familia rf | ZOSIMO VICUÑA

Esta residencia de campo se implanta con sobriedad en el paisaje, estableciendo un diálogo armónico entre arquitectura y entorno. Con 1,200 m² techados, se organiza en torno a un eje que conecta la vivienda principal con la oficina integrada, la zona de ocio y los servicios complementarios.

El diseño prioriza la integración paisajística y la claridad espacial. Un patio central articula los espacios, promoviendo la ventilación natural y el control climático pasivo. La elección de materiales —piedra local, hormigón y madera— refuerza su pertenencia al lugar.

Cuenta con cuatro dormitorios, cada uno con vistas y baño propio, una suite con sauna y spa, piscina externa y piscina temperada interior. Caballerizas, helipuerto y áreas técnicas se ubican de forma discreta, respetando la composición general.

La arquitectura aquí no impone, sino que pertenece: mesurada, ordenada y profundamente vinculada a su contexto.