Casa Cangahua | Diez + Muller Arquitectos

 The architectural object directs its presence towards the street. It accommodates itself to the place, it looks for a natural order, as if it belonged to it. It avoids standing out and seeks silence.

Architecture is supposed to be a journey. To discover it, one has to traverse it. During this trajectory, the house is revealed. The user becomes interested in getting to know it, nothing is evident.

After an ascent of approximately 10 m, the ground floor of the house sits in the center of the terrain. The concrete walls contain the section in the ground, freeing and opening specific spaces that become internal courtyards and gardens. These, in addition to enriching circulations and everyday spaces, generate ventilation and lighting throughout the day.

On the upper floor, the house is levelled with a higher part of the lot, generating a connection and functionality between the bedroom area and the rear end of the lot. The volume is arranged with beams and materialized with bricks, sculpted to relate to the mountain range. This achieved morphology generates a play with the roofs that hierarchizes, orders and defines the spaces. In the articulation of the inclined planes, openings are generated, capturing and providing natural lighting to the corridor with the soft morning light.

The western façade is closed to the intense afternoon sun. By means of small perforations, a lattice is generated through which the sun's rays pass through and filtered lighting is generated, bathing the interior and achieving a reference of time and space.

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El objeto arquitectónico insinúa su presencia desde la calle. Se acomoda al sitio, busca el orden natural, como si perteneciera a él. Evita el destaque y busca el silencio.

La arquitectura debe ser un paseo. Para descubrirla, hay que recorrerla. En este recorrido se va develando la casa. El usuario se interesa en conocerla, nada es evidente.

Tras un ascenso de aproximadamente 10 m de altura, la casa en planta baja se asienta y encaja en la parte media del terreno. Los muros de hormigón contienen el corte en  la tierra, liberando y abriendo espacios puntuales que se convierten en patios y jardines internos. Estos, además de  enriquecer las circulaciones y espacios cotidianos, generan ventilación e iluminación a lo largo del día.

En la planta alta, la vivienda se nivela con una cota superior del terreno, generando una conexión y aprovechamiento entre el área de dormitorios y el terreno posterior. El volumen dispuesto en barra y materializado en ladrillo, se esculpe para relacionarse con la cordillera.  Esta morfología lograda, genera un juego en cubiertas que jerarquiza, ordena y define los espacios. En la articulación de los planos inclinados, se generan aperturas que captan y dotan de iluminación natural al corredor con la suave luz de la mañana.

La fachada poniente, se cierra al intenso sol de la tarde. Mediante pequeñas perforaciones, se genera una celosía por la que penetran los rayos de sol y se genera una luz tamizada que baña el interior. Logrando también una referencia de tiempo y espacio.

Ubicación: Pacho Salas, Tumbaco, Ecuador.

Arquitectura: Diez+ Muller Arquitectos. Felipe Muller, Gonzalo Diez, Paola Picciallo, Alvaro Borrero, Hugo Navarrete.

Construcción: Arq.Pedro J. Falconí

Empresas/Proveedores: Thermia Barcelona (Er Servicios),Inmadec, CI,Holcim, Highlights.