RE House | Lecumberri & Cidoncha

In Lérruz time stopped several decades ago. The hands that tilled the cereal of Lizoain valley did not find replacement and its population decreased until it became a place of seasonal recreation. Against the trend, a young couple with strong roots in the valley chose a plot of land in the northwest perimeter of the village to settle down and start a family. With almost no internet access, but fully aware of the benefits of rural life.

As it could not be otherwise, the project starts from the clients' concern to integrate into the place, physically and materially. The construction tradition of the area itself made compactness another unavoidable starting point.

Thus, the volume that houses the public program of the dwelling appears as a simple prism of stone and tile, which is positioned on the plot in continuity with the edges and slopes of the nearby buildings. From this position it descends to a semi-buried floor, with the vocation of a cave, which houses the rooms, and from which the lower garden is reached, which at the same time faces naturally to the valley.

It is from this space where the scale of a volume that overlooks the valley is perceived, accepting its condition of new limit and facade of the village. This condition of limiting the plot, along with the manipulation of the topography, allowed us to propose a formal duality that would respond on the one hand to a deep sense of belonging to the place and at the same time dialogue from abstraction with a distant landscape. The large windows that frame the valley are resolved trying to dilute as much as possible the limits between the interior of the house and the landscape.

For the construction of the house, local workers and sometimes self-builders were used, taking advantage, as far as possible, of the resources present in the plot itself and its surroundings.

Despite the existence of access to all services, it was considered the possibility of making the house self-sufficient in terms of energy, seeking, once again, a minimal impact on its immediate surroundings. To this end, it has a wood-fired biomass boiler for hot water and heating, solar panels strategically placed to complement the electricity supply and a water tank to store and reuse water from the frequent rains.

[ES]

En Lérruz se paró el tiempo hace ya varias décadas. Las manos que labraban el cereal del valle de Lizoain no encontraron relevo y su población menguó hasta convertirse en un lugar de recreo estacional. A contracorriente, una joven pareja con un fuerte arraigo en el valle elige una parcela en el perímetro noroeste del pueblo para asentarse y formar una familia. Sin apenas cobertura ni acceso a internet, pero plenamente conscientes de las bondades de una vida rural.

Como no podría ser de otra manera, el proyecto parte desde la preocupación de los clientes de integrarse en el lugar, física y materialmente. La propia tradición constructiva de la zona convirtió la compacidad en otro punto de partida inexcusable.

Así, el volumen que alberga el programa público de la vivienda aparece como un sencillo prisma de piedra y teja, que se posiciona en la parcela en continuidad con las aristas e inclinaciones de las edificaciones cercanas. Desde esa posición se desciende a una planta semienterrada, con vocación de cueva, que acoge las habitaciones, y desde la cual se accede al jardín inferior, que se vuelca de manera natural al valle.

Es desde ese espacio donde se percibe la escala de un volumen que se asoma al valle aceptando su condición de nuevo límite y fachada del pueblo. Esta condición de límite de la parcela, junto con la manipulación de la topografía, nos permitió plantear una dualidad formal que respondiese por un lado a un profundo sentido de pertenencia al lugar y a su vez dialogase desde la abstracción con un paisaje lejano. Los grandes ventanales que enmarcan el valle se resuelven procurando diluir al máximo los límites entre el interior de la vivienda y el paisaje.

Para la construcción de la vivienda se recurrió a gremios locales, y en ocasiones a la autoconstrucción, aprovechando, en la medida de lo posible, recursos presentes en la propia parcela y sus alrededores.

A pesar de la existencia de acceso a todos los servicios, se planteó la posibilidad de que la vivienda fuese autosuficiente a nivel energético, procurando, una vez más, un impacto mínimo en su entorno más cercano. Para ello, dispone de una caldera de biomasa de leña para el agua caliente y la calefacción, unos paneles solares estratégicamente colocados que complementan el suministro eléctrico y un aljibe para aprovechar el agua de las frecuentes lluvias.