CASA HEN | VALEROyOCHANDO arquitectura

A las afueras de la ciudad de Valencia, en la localidad de Picaña, en una de esas urbanizaciones de viviendas unifamiliares en hilera que la rodea, se ubica la parcela de forma regular, llana, ubicada entre medianeras, una agradable brisa del mar Mediterráneo, que es el punto de partida del proyecto Casa Hen.

Los clientes entran en contacto con el estudio de arquitectura Valero y Ochando a través del boca a boca, gracias a otros clientes de la misma zona, con el conocimiento y la experiencia de la obra ya construida.

La casa surge de la necesidad del cliente, un matrimonio joven con dos hijos, con más espacio para la familia. Una de las premisas es contar con áreas al aire libre para el juego de los niños y que estas, a su vez, puedan ser controladas por los padres en cualquier momento. Al mismo tiempo, definieron el número de habitaciones que necesitaban para cada actividad. Con estas premisas y el conocimiento previo de la zona, teniendo en cuenta la mejor forma de orientar la casa, comenzamos a trabajar.

La confianza depositada en nosotros por los propietarios fue fundamental. Se estableció una relación muy fluida entre arquitecto y cliente y su resultado se ve en el gallinero.

Los muros limítrofes a ambos lados y una separación de ellos, constituyen el punto de partida. La propuesta se dibuja entre las trazas de dos prismas rectangulares superpuestos que contienen el programa, maximizando las condiciones impuestas por las regulaciones urbanas y escapándose de las limitaciones de la vivienda tradicional suburbana en la periferia urbana. De esta forma, se consigue un edificio que, respondiendo a un tipo de vivienda entre medianeras, acaba convirtiéndose en volúmenes con carácter propio, exentos de los demás que destacan fuertemente del entorno.

Viviendo en Hen House

Los prismas rectangulares se configuran de tal forma que la mayor parte del espacio exterior se libera en la planta baja dadas las limitadas dimensiones de la parcela y, al mismo tiempo, forman parte del interior de la vivienda, percibiendo una gran amplitud. La caja que constituye la planta superior se ubica ortogonal a la inferior, lo que permite grandes vuelos sobre los espacios liberados en la planta baja, consiguiendo una gran expresividad y control solar sobre estos espacios inferiores.

El interior de la casa se articula en torno a la escalera, de tal forma que modula y organiza las circulaciones y su relación con el resto de espacios, tanto en horizontal como en vertical. Las estancias se organizan en torno a la escalera, percibiendo así la totalidad de la planta baja a través de su espacio diáfano y, la planta baja, configurada como un único espacio compartimentado e independiente en diferentes áreas cuando es necesario.

No hay brecha. La luz se desliza hacia el interior a través de los espacios existentes entre la masa, entre las paredes que configuran los límites de las cajas. Los lados completos de estos prismas desaparecen, convirtiéndose a veces en cerramientos de vidrio completos o en espacios entre armarios o muebles otras veces. El espacio se percibe como continuo, sin límites, no se encierra en una caja entre cuatro paredes; participa tanto dentro como fuera, apropiándose y utilizando toda la trama. La cocina, separada por una pared que se desliza completamente dentro de la pared para unirse a la sala de estar, continúa hacia el espacio exterior y la piscina.
 
La lámina de agua que constituye la piscina se une a los muros que delimitan el fondo de la parcela, consiguiendo un efecto de continuidad en el muro que sale del fondo del agua. Esta posición de la lámina de agua nos impide llegar al límite de la trama, reforzando el concepto de continuidad espacial.
 
Hen House se empapa de la luz del Mediterráneo y ofrece un espacio cómodo y abierto para vivir en familia.