Hispano Inglés School’s Sports Ground Cover and enclosure | equipo olivares

The management of the Colegio Hispano Inglés wished to cover the sports grounds while also fitting the resulting space to make it more versatile. It was a matter of laying out a light and dismountable cover, separated from the plot limits, of sufficient dimensions and height to allow multiple year‐round uses. The intervention included the refurbishing of the entrance and street‐facing enclosure. The Works constitutes a second phase in the process started at the site in 2014, following the development of a Master Plan of interventions and the addition of an elevator in the renovation of the main staircase.

The project’sfocus was suggested by the site’s location on Santa Cruz’s rambla (a road that is covered by thick laurel trees, with heavy traffic and a main attraction for local strollers). We were persuaded that the required volumen would address the difference in heightand would look over a uniquely relevant urban space. Thus, westrove for a certain neutrality – white planes as a luminous and discreet background to the rambla. The enclosures only add texture or transparence. Behind these, a seven‐ metre‐high elevatedlid, externally covered with a ribbed skin of lacquered alluminum bars, can be seen floating from the street, while the interior is in turn covered with a pressed woodboard that secures acoustic absorption. A warmer interior reinforces the laminated Wood pérgola in the space dedicated to the tiers.

The cover seeks to be discreet while actively adding to the site’sstrategic location within the city. From the street flow, one can adopt multiple viewpoints at different speeds and various times. The shades play with the polished relief of the urban façade, whose syncopated rhythm alters the perception, stimulated by speed. In this way, the Colegio emerges discreetly when we look at it while moving.

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Cubierta de cancha y cerramiento Colegio Hispano Inglés

La dirección del colegio Hispano Inglés requería cubrir la cancha deportiva, acondicionando de paso el espacio resultante para dotarlo de una mayor versatilidad. Se trataba de disponer una cubierta ligera, desmontable, separada de los lindes de la parcela, y con dimensión y altura suficientes para permitir un uso múltiple durante todo el año. Asimismo, la actuación incluyó la renovación del acceso y el cerramiento hacia la calle. Por lo demás, la obra resulta una segunda fase del proceso iniciado por el centro, en el año 2014, con el desarrollo de un Plan Director de actuaciones y la inserción del ascensor en la reforma de la escalera principal.

Su ubicación en plena rambla de Santa Cruz ‐una vía tupida de frondosos laureles, con abundante tráfico y espina dorsal de los paseantes locales‐ sugirió el enfoque del proyecto, persuadidos de que el volumen necesario salvaría la diferencia de cota y asomaría a un espacio urbano de especial relevancia. Así, buscamos una cierta neutralidad: planos blancos como un fondo luminoso y discreto para la rambla. Los cerramientos solo apuntan texturas o transparencias; algo más atrás, una tapa elevada a 7 metros de altura, forrada exteriormente con una piel nervada de listones de aluminio lacado, se aprecia flotando desde la calle. Mientras, el interior se viste con tablero de virutas prensadas asegurando la absorción acústica; un interior más cálido, reforzado por la pérgola de madera laminada en el espacio destinado a grada.

La cubierta, en fin, pretende ser discreta al tiempo que participar activamente de su posición estratégica en la ciudad. Se observa desde la corriente, múltiples puntos de vista a diferentes velocidades y en distintas horas. Las sombras juegan con el relieve pulido de su fachada urbana, cuyo ritmo sincopado altera la percepción estimulada por la velocidad: y así, el colegio se anuncia con discreción cuando lo miramos en movimiento.