POLIDEPORTIVO NUMANCIA | i! arquitectura [idoia otegui]

3 mejor que 1

Con esta frase resumimos nuestra propuesta para el concurso convocado por el Ayuntamiento de Santander en julio de 2.000 para la construcción de un Pabellón Polideportivo en la Plaza de Numancia. Propia de un eslogan de supermercado rescata lo mejor de este tipo de publicidad: la inmediatez.
Y es que ante un problema aparentemente complejo nosotros aportamos una solución conceptualmente simple: se trataba de insertar en pleno centro de la ciudad, en el área ocupada por el patio de recreo compartido por 1.000 niños distribuidos en tres colegios, un polideportivo que, al margen de un intenso uso escolar, dotara a la zona de un equipamiento abierto al barrio reiteradamente solicitado en los últimos años.
Era obvio (o por lo menos así lo entendimos nosotros) que con nuestra intervención no debíamos disminuir la superficie disponible en ese momento para uso como patio de colegio al aire libre (sobre todo teniendo en cuenta que la población escolar aumenta cada año), por lo que el aprovechamiento de la cubierta del nuevo edificio estaba plenamente justificado.
Solo quedaba "hacerle sitio" a una pista cubierta de 45x24 metros libres, con gradas para 250 espectadores, amplios vestuarios a prueba de golpes, gimnasio y almacenes, todo ello adaptado para ser usado por alumnos con discapacidad, y con la flexibilidad necesaria como para funcionar fuera del horario escolar con acceso independiente desde la calle, e incluso convertirse en sede de equipos locales los fines de semana.

Decidimos dividir el patio actual en dos partes aproximadamente iguales, interviniendo en la zona mas alejada de la Plaza de Numancia para duplicar la superficie existente al convertir la cubierta del nuevo edificio en espacio útil, en un nuevo patio [P2] situado a 7 metros sobre el nivel de la calle. De esta manera adosamos el volumen principal a las medianeras existentes, eliminando la vista de los patios interiores de las viviendas vecinas (degradados como corresponde) y dejando el nuevo patio exterior [P1] delante de la fachada principal del polideportivo, donde se produce el acceso general.

Al mantener la comunicación existente sobre la calle entre el patio y el Colegio Magallanes limitamos la anchura del nuevo edificio ya que el desembarco de la pasarela de conexión debe coincidir con el inicio de la escalera-rampa de acceso a la cubierta [P2] que situamos a lo largo de la fachada principal. El punto de encuentro entre ambas coincide también con el final de la rampa que descendiendo conduce al P1, es decir, la confluencia de los tres recorridos se produce a una cota intermedia impuesta por la pasarela actual (cuyo suelo coincide con la primera planta del Colegio Magallanes), cota que nos obliga a excavar hasta situar la pista cubierta [P3] a 2,85m por debajo de la cota del P1 y así alcanzar los 7,5m de altura libre interior mínima necesaria para la practica deportiva. De esta manera conseguimos que la altura exterior del edificio se mantenga claramente por debajo de la de sus vecinos inmediatos, lo que en estos casos suaviza (que no elimina) la intensidad de las criticas de aquellos ciudadanos poco predispuestos a aceptar los cambios que se producen en su ciudad.
En la actualidad, cuando las instalaciones llevan funcionando algo mas de 8 meses, resulta que cada uno de los tres nuevos patios [P1, P2 y P3] se ha especializado para albergar un determinado tipo de usuarios y actividades: P1 esta destinado al recreo de los alumnos de mas edad, donde el fútbol es la actividad predominante; P2 se destina al recreo de los mas pequeños, ya que en la cubierta están mas controlados y lejos de la calle; y P3 se utiliza para cualquier actividad que requiera un amplio espacio cubierto, incluso como recreo de grandes y pequeños cuando la lluvia aparece.

Al final siempre nos sorprenden!

 IDOIA OTEGUI_PO2 arquitectos