Urban Beach Home | Egue y Seta

Whether you like it or not, Barcelona, for many non-locals, is also, a beach. A beach bathing the shores of an open-air museum, a coast line bursting with tapas bars and the seafront of a real city with its very own customs and history. But always, even more so during the summer, a beach. A beach that attracts real estate investors who want to turn the whole into a touristic resort, but also a spot that catches the eye and stills the heart of young couples in love that, in the antipodes of the above, try to capture the very essence of the Barcelonian´s way of life in a few square meters with a view to turn them into their own summer private retreat. This was the case of Jacques and Hannes and their cozy little flat in the heart of the traditional fisherman´s neighborhood of La Barceloneta.

Forty square meters allow for much when you´re talking about two. Two inhabitants, two guests or two months maximum period of summery stay. However, space optimization never hurts. And therefore, the new lay out of the home, has wanted to tear down the walls of old bedrooms, kitchen, bathroom and hallways to shape instead only three segregated but visually connected spaces.

Amidst the first of them we find a dining room with a social call facing two large balconies and flanked by a large linear kitchen on one side and a cozy lounge on the other. At the opposite end of the windows and to finish drawing up the social area of the unit, a decorative piece of storage, framed by an iron joinery glass partition, crowned with greenery that manages to provide privacy to the en suite bedroom located on the other side, while allowing ventilation and the continuous flow of natural light.

In the private interior of this room, the same storage piece of double depth, becomes a closet wardrobe behind sliding doors lacquered in an expansive white that reflects the light coming in through the interior windows. In the centre, the indispensable bed under a decorative pendant lamp and presided over by a headboard, also deep, and custom made to work simultaneously as a trunk, nightstand tables and a decorative shelf. Just in front, the guilty pleasure of television, for rainy days when no one wants to go out, or if you needed some other very specific way of warmth, the views of one´s partner in the shower through a window that visually communicates the bedroom with the bathroom, giving the whole a greater sense of spaciousness.

But these glass “openings”, sometimes luminous and sometimes indiscreet, are not the only elements present there to guarantee the fluidity of space. The material finishes and coatings choice are also partly responsible for the visual connection between the rooms. The marine theme commonly seen in beach apartments and many houses of this old fishermen's neighbourhood is reduced here, although tremendously present, to a blue-green tint that dyes selected walls, remarks pieces of decorative furniture and guides the eye throughout the house from the outgoing lounge to the very intimate bathroom, passing through the bedroom. In the same way, the floors of traditional hydraulic mosaic tile and oak parquet, seem to want to deride the frontier between the public and private space, freely flowing underneath the closet and its partition. At the same time, the pieces of furniture and the small gardened cornices have also been included as a reinforcement of the sense of continuity, being present in both rooms, maintaining their chromatic and material properties on each side, but modifying their vocation accordingly for each particular space. The ceilings, on the other hand, undressed for the occasion, shamelessly bear their striping of beams and the Catalan vault of traditional naked clay block. Under these, the necessary installations have been arranged to allow light bathing of exposed original brick walls, suspension of the decorative lamps that crown the bed and the dining table respectively, the supply of a pleasant temperature airflow throughout the year in all areas of the house, and the extraction left-over aromas after a homemade dinner with post-dessert drinks and new friends made in front of the sea.

So now you know, if some sunny afternoon in the weeks to come, you happen to run into a happy couple, hand in hand walking down the narrow little streets of La Barceloneta, they might very well be Hannes and Jacques coming home after a day at the beach. Say hi, they are extremely friendly and might just invite you for dinner!

[ES]

Pésele a quien le pese, Barcelona, para muchos no locales, es también, una playa.  Una playa pegada a un museo a cielo abierto, a unos fogones siempre listos para el tapeo y a una ciudad real con costumbres e historia. Pero siempre, y sobre todo en verano, una playa. Una playa que atrae inversores inmobiliarios que quieren convertir su litoral en un complejo turístico, y a parejas, que en las antípodas de lo anterior, pretenden capturar toda la esencia del modo de vida barcelonés en unos escasos metros cuadrados con vistas al mar para convertirlos en su particular refugio de verano.  Este último es el caso de Jacques y Hannes y de su acogedor pisito en el corazón de la Barceloneta.

Cuarenta y ocho metros cuadrados dan para mucho cuando son solo dos. Dos habitantes, dos los invitados o dos meses, como máximo, el período de estancia estival. No obstante, la optimización del espacio nunca viene mal. Y por tanto, la nueva distribución de la vivienda, ha querido derribar los muros de antiguas habitaciones, cocina, baño y pasillos para conseguir tres únicas estancias segregadas pero visualmente conexas.

En la primera ubicamos un comedor con vocación social enfrentado a dos grandes balconeras y flanqueado por un gran lineal de cocina en un lado y por el otro un acogedor  salón. En el extremo opuesto a las ventanas y para acabar de dibujar el área social de la unidad, una pieza decorativa y de almacenamiento, que enmarcada en cristal con despiece de carpintería de hierro y coronada por vegetación, logra dotar de privacidad a la habitación en suite ubicada del otro lado, al tiempo que permite la ventilación y el paso de la luz natural.

En el interior privado de esta habitación, la misma pieza de almacenamiento de profundidad doble, se convierte en armario ropero de puertas correderas lacadas en un blanco expansivo que refleja la luz que entra por las ventanas interiores. En el centro, la indispensable cama bajo una lámpara decorativa y presidida por un cabecero también profundo y hecho a medida que funciona como maletero, mesa de noche y repisa decorativa. Justo al frente, el placer culposo de la televisión, para los días lluviosos en los que no apetece salir, o si hiciese falta algún otro modo muy concreto de calor, las vistas sobre la pareja en la ducha a través de un ventanal que comunica visualmente la habitación con el cuarto de baño, confiriéndole al conjunto mayor sensación de amplitud.

Pero no solo son estas aperturas de cristal, a veces luminosas y a veces indiscretas, las que garantizan la fluidez de espacio, siendo los revestimientos seleccionados también en parte responsables de la conexión visual entre las estancias. La tematización marina de la que son objeto algunos apartamentos de playa y tantas casas de este antiguo barrio de pescadores, queda  aquí reducida, aunque tremendamente presente, a una tonalidad azul verdosa que tiñe según que paredes, remarca piezas de mobiliario decorativo y guía la mirada desde el exterior salón hasta el interior del cuarto de baño, pasando por la habitación.  De la misma manera, los pavimentos de suelo hidráulico y parquet de madera de roble, parecen burlarse de la frontera entre el espacio público y privado, fluyendo libres por debajo del armario y su partición.  A su vez, las piezas de mobiliario y las pequeñas cornisas ajardinadas, han sido también incluidas como refuerzo de la sensación de continuidad, estando presentes en ambas estancias, manteniendo sus propiedades cromáticas y materiales a cada lado, pero modificando para cad estancia su vocación. Los techos, por su parte, desvestidos para la ocasión, muestran su rayado de vigas y la bovedilla catalana de bloque de arcilla tradicional. Bajo éste, se han dispuesto las instalaciones necesarias que permiten bañar de luz las paredes de tocho visto original, descolgar lámparas decorativas que coronan la cama y el comedor respectivamente,  garantizar una temperatura del aire agradable a lo largo del año en todas las áreas de la casa, y extraer los olores residuales después de un cena  preparada en casa, con sobremesa, copas y amigos hechos en primera línea de mar.

Así que ya lo sabe, si alguna tarde soleada de éstas, ve a una pareja feliz de la mano por las calles de la Barceloneta, muy bien podrían ser Hannes y Jacques volviendo a casa tras un día de playa. Acérquese, igual le invitan a cenar!