Local comercial. Peluquería | Mario Algarín Comino

Centramos la intervención en una organización lógica de las funciones que facilite dar solución a la irregularidad de ambas paredes longitudinales: mientras a la izquierda desde la entrada un nuevo muro hueco de piedra servirá como almacén y expositor de productos, a la derecha dos grandes espejos de gran tamaño que aparentan levitar se superponen a ella y organizan la zona de corte y peinado.
Mientras este área y el puesto de maquillaje gozan de una iluminación potente y singular, y se muestran a la sala de espera entreviéndose desde el exterior, las zonas de lavado y tinte se disimulan en el resto del espacio en penumbra.

Intentando mantener un único espacio, recurrimos a mamparas exentas de vidrio, islas como la encimera de preparación de tintes y mobiliario rodante de apoyo pensado ex-profeso.

Por lo demás el local se organiza en profundidad, al avanzar aumenta el grado de privacidad.
Al fondo una banda con la zona de depilación y guardarropa y más allá un despacho, un office y los aseos.