ZAMNESS | Nook Architects

We had been trying for one, very long year to change our place of work and after visiting several apartments and establishments, we suddenly came across the opportunity of developing a project for a shared office with a closely known client. On this occasion time was our main challenge- we had to finish an interior design project, obtain estimated costs, manage the construction works and move in just 3 months. This is an extremely limited timescale for the city of Barcelona.
The working space has a configuration very commonly found on buildings built in the 70’s at the Poble Nou neighborhood; large lofts with completely glazed facades that housed workshops and warehouses, with various people and service lifts, and a very industrial character that’s reminiscent of the neighborhood’s productive past which is now undergoing a continuous renewal. We found a space that was empty and completely lacked partitions, 300 m2 supported by reinforced concrete pillars and hung beams.
The structure is composed of three centerlines that clearly fitted the required functional plan: two offices located on opposite sides and the common meeting rooms and resting areas in the center.
We noticed, from the beginning the strength of the orthogonal arrangement set by the reticular structure and the modulated façade. It also made very obvious the fact that one of the centerlines was narrower than the rest, which complicated the solution for the need of the two very similar office spaces. The intervention was then clear: the construction of three light volumes- two for meeting rooms, one for the bathrooms; we defined the ensemble by granting hierarchy to the existing vacuum and differentiating our intervention from the original envelope.
We used diagonals to set apart our intervention and to configure spaces that overflowed from the limits of the structural axis. This established a relationship between the three volumes and two diagonals that go across the entire space, making interstitial spaces for resting areas and an ample galley. This idea was reinforced by using three different pavement tones of gray that go from the darkest near the facade to the lightest at the entry on the opposite side.
These volumes were originally thought of as rectangular boxes with flat roofs, the minimum structure for a meeting room. As time went by, we deformed these, transforming them into asymmetric pieces by elevating the diagonal to the roof, increasing its volume up to the capacity set by the limits defined by the slab and the hung beams.
We placed the bathrooms near the entry and elevated it from the original pavement level to allow the sanitary installation to reach the only drainpipe located on one end of the establishment.
We then set ourselves to solve the volumes and the working tables with the same material. We used colored chipboard, which is durable, water resistant and available in large sizes. The rest of the rest of the furniture are standard modules adapted to the dimensions of the spaces.
Upon finding the challenge of a blank canvas, we established in Zamness diagonals that diluted the limits of each zone the same way that we intend to dilute the limits between work, rest and leisure time.

[ES]
Hacía un año largo que estábamos intentando cambiarnos de despacho y después de visitar varios locales y pisos transformables de pronto se nos presentó la oportunidad de hacer un proyecto de oficina compartida con un cliente de confianza. Apareció ante nosotros un nuevo reto: plantear el proyecto de interiorismo, pedir presupuestos de ejecución, realizar la obra y nuestro traslado en 3 meses, un calendario bastante ajustado para la ciudad de Barcelona.
El edificio en el que se ubica el local tiene una configuración muy habitual de los años 70’s en el barrio de Poble Nou; grandes locales con fachada completamente vidriada que alojan talleres y espacios de almacenaje, bien equipados con ascensores y montacargas, y un carácter industrial que nos recuerda el pasado productivo de un barrio en continua renovación. Así que nos encontramos con un espacio totalmente diáfano y vacío de 300 m2 con estructura de pilares y jácenas descolgadas de hormigón armado.
Esta estructura conformaba tres crujías que encajaban claramente con el programa funcional requerido: una oficina ubicada en cada extremo y los espacios comunes de reunión, descanso y office en la zona central.
Desde el principio observamos la fuerza de la ortogonalidad, manifiesta en su estructura reticular y en la modulación de la fachada. Además esta rigidez evidenciaba que una de las crujías era más estrecha que las otras dos, lo cual dificultaba la organización de dos espacios similares para cada oficina. Ante estos condicionantes la intervención fue clara; con la construcción de tres volúmenes ligeros, dos salas de reuniones y una caja de baños, definimos el conjunto jerarquizando el vacío existente y diferenciando nuestra intervención de la envolvente.
Planteamos el uso de la diagonal para contrastar con la envolvente original y poder conformar espacios que discurrieran más allá de los límites del pórtico. De esta manera establecimos una relación entre los tres volúmenes con dos diagonales que cruzan todo el espacio, convirtiendo los espacios intermedios en zonas de descanso o de office delante de la barra de bar. Potenciamos esta idea utilizando tres tonalidades de pavimentos grises que van de más oscuro en el ámbito de la fachada a más claro en la zona de entrada, siguiendo criterios de incidencia lumínica.
Estos volúmenes los planteamos inicialmente como cajas de planta rectangular y cubierta a una sola agua, la estructura mínima para una sala de reuniones. Pero los fuimos transformando en piezas asimétricas mediante la elevación de la diagonal de la cubierta, aumentando la capacidad del volumen hasta los límites definidos por el techo y las jácenas descolgadas del local.
Dispusimos las zonas de servicio cerca de la entrada y elevamos el conjunto respecto al nivel del pavimento original para poder recoger y conducir todas las instalaciones de saneamiento hacia el único bajante existente en uno de los dos extremos del local.
Apostamos por resolver las cajas y las mesas de trabajo con el mismo material. Para ello escogimos paneles aglomerados de virutas de color prensadas, ya que son resistentes, hidrófugos y disponibles en gran formato. El resto de mobiliario es modular estándar, adaptado a las medidas del lugar.
Ante el reto del “espacio en blanco”, establecimos en Zamness unas diagonales que diluyen la limitación de cada área igual que en nuestro día a día intentamos diluir los límites entre trabajo, descanso y ocio.