CANA LUA | Tabula Rasa Design Studio

Jaime Serra (principal architect of ADV Arquitectura, Ibiza) realiza en esta casa, reformada a partir de una antigua construcción, una interpretación en clave contemporánea de la tradicional casa ibicenca. A lo largo del tiempo, la casa ibicenca tradicional ha sabido preservar dos de las características más destacadas de su arquitectura, heredera de las diferentes culturas de la cuenca mediterránea: la preponderancia de volúmenes rectilíneos, adosados o superpuestos y la brillante blancura de sus muros. Esta reforma del año 2006 (y posterior reforma en 2011) se aborda a partir de una construcción de 15 años de antigüedad sin valor arquitectónico, situada en Es Cubells, San José. Sobre ella se construye la "base cubo ibicenca", punto de partida para articular todo el conjunto que compone la vivienda, y con la idea de reinterpretar con respeto la construcción tradicional de la isla: tratamiento formal y materiales clásicos de Ibiza, reservando la interpretación para los interiores. Localización única y con unas vistas que dan la impresión de extenderse hasta el infinito. Al desplazar la mirada por el conjunto, se observa una construcción de una sola planta que parece surgir de su contacto con la tierra y el paisaje. La casa crece a partir de una combinación enriquecedora: sobriedad constructiva y generosidad espacial. Se han utilizado materiales clásicos como el cemento pulido del suelo (tanto del exterior como del interior) y los muros blanqueados con cal pero adaptados a un tratamiento más actual. De este modo, se han creado una serie de volúmenes escalonados donde subyace un aire racionalista, latente en las grandes aberturas que horadan los cubos, por las que penetra el inmaculado paisaje de la bahía de Es Cubells, la montaña de Porroig y, al fondo, la Isla de Formentera. La infinity-pool recorre toda la fachada Sur de la casa y es visible desde cada una de sus habitaciones, hace de link de unión entre el mar y la casa, ya que crea una continuidad visual que parece acercar el Mediterráneo hasta sus propios pies. Junto a ella, el solárium es un lugar de descanso y contemplación que parece suspendido sobre el agua, materializado sin ningún mueble para no romper la limpieza visual. El acceso principal a la casa se encuentra en la fachada Norte, más protegida del sol y rodeada de olivos y pinos. Se llega a él por una amplia escalera de piedra dividida en dos partes mediante una canal de agua de fuertes influencias árabes. El acceso conecta directamente con el amplio salón, alrededor del cual se articulan las diferentes zonas de la casa. Se trata de un espacio sobrio, con el techo dibujado por vigas de madera, pintadas de color blanco mate y muros gruesos igualmente blancos. El salón parece flotar entre la tierra, el agua y el cielo, gracias a su enorme ventanal, cuyas ventanas correderas se esconden en los gruesos muros del cubo principal, creando una sensación de cercanía con la Naturaleza. La decoración interior la componen cuidadosos detalles como las mesas de madera maciza, sillas o butacas neutras y plataformas de madera propias de la isla.