Bajo comercial convertido en loft | Egue y Seta

Terrassa / Spain / 2014

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Huimos de nuevo de los muros ciegos, y apostamos por la vegetación y las transparencias como separadores blandos y sensuales. Intentamos demostrar que con apenas 10 metros lineales de pared es posible articular las estancias más íntimas con los más sociales en una casa de casi 200m2. La transparencia y la permeabilidad espacial encuentran un nuevo referente en esta vivienda con alma de “loft” y corazón ajardinado. Desde fuera, el rayado de lamas madera interrumpe la visión de un seto verde y un frondoso bosque. ¿Son acaso reflejos del exterior sobre las ventanas que componen la fachada principal de la casa? ¿O son transparencias? Entramos al este antiguo local comercial, transformado en vivienda por una puerta doble de madera maciza de iroco barnizado con herrajes en hierro chorreado, forjados en los talleres propios del dueño de la vivienda; y apenas ponemos un pie sobre el cálido entarimado de roble crudo, nos topamos con una “pescera” sin peces en la que flotan retoños de vegetación. No hablamos de los típicos juncos de bambú, ni del ya tradicional jardín interior tipo Zen, sino de un jardín con especies locales de arbustos de diferente altura sobre un lecho de corteza de pino bañados por una cascada de luz que emana de una falsa claraboya. Alrededor de este jardín: Toda la casa. A su izquierda, excavado en los cimientos del edificio, encontramos el salón, con escalones sobredimensionados sobre los cuales han dispuesto un elegante sofá en forma de U, empotrado y tapizado en terciopelo color cemento. Sobre él una ecléctica pero sutil mezcla de cojines de diseño: tejidos a mano por la abuela, comprados en tiendas de segunda mano, o en portales de decoración on-line. Desde el salón miramos el jardín interior; el exterior, a través de un inmenso ventanal recubierto por una persiana vertical con lamas de roble macizo; y en dirección opuesta, la zona de comedor y cocina de la cual nos separan apenas un centímetros de distancia, aunque se encuentre a otro nivel. En el comedor, la formidable mesa Bedrock Plank A de la casa Riba 1920 se ve rodeada por las atemporales sillas Eames sin brazos en color hormigón y todo el conjunto es iluminado por dos atajos de bombillas de tipo balón transparente que se descuelgan de un techo industrial de vigas metálicas vistas, todo teñido de un profundo gris marengo. A su derecha una motocicleta de colección, única y restaurada por la familia. Tras el comedor, la cocina técnica e industrial, que ofrece una imagen limpia y sofisticada gracias a las grandes superficies verticales de acero inoxidable que la componen, al mismo tiempo se abre cálida y acogedora, proponiendo naturales encimeras de madera tratada, ideales para la preparación de la comida, la bebida y los momentos amenos que pide a gritos este espacio. El brillo metálico mimetiza electrodomésticos de última generación: frigorífico americano con “cellar” (Liehber), cafetera de grano molido integrable, placas de inducción inteligentes, planchas “tepan yaki”, campanas de filtro carbónico, estación de lavado, secado y planchado (AEG) e incluso un tendedero interior con drenaje y ventilación asistida. Tras puertas correderas de cristal una alacena transparente, en la cual se encuentran almacenados pero vistos, “delicatessen” locales, especies frescas, y vinos; todo iluminado por proyectores orientables de carril y sobre un fondo de pizarra y trazos de tiza. Sobre la isla central que es a la vez mueble de almacenamiento de menaje y zona de preparación cuelgan dos lámparas “Lindse” de Francisco Segarra y a su alrededor 5 taburetes metálicos “Bofinger” de la misma casa, convierten la superficie en barra o desayunador. Bordeando de nuevo el salón, esta vez por su flanco izquierdo, recorremos una pasarela de hormigón sobre la que han sido empotrados tres potentes haces de luz que bañan de forma rasante una pared desnuda de ladrillo artesanal. Al final de ésta nos topamos con una hoja de batiente de roble macizo, sin cerrojo ni tirador, que funge como puerta “siempre abierta” hacia las estancias más intimas de la casa. En la habitación, la cama y su cabecero destacan por su diseño honesto y su inaparente complejidad. No obstante, la pieza fabricada a medida en roble natural y rejilla de alcantarillado, es a la vez canapé, mesa de noche, cabecero iluminado, tabique divisorio y armario zapatero en su cara posterior. Tras él, un vestidor de líneas puras y fabricado en laminado gris se refleja sobre un espejo de camerino de cuerpo entero, y ofrece a su vez, sobre un suave revestimiento de moqueta a juego, el espacio de almacenamiento y asiento suficiente para satisfacer las necesidades de una pareja que disfruta de vestir bien y coleccionar zapatillas deportivas. A un lado de la cama, un sofá de dos plazas tipo Chesterfield de piel color tabaco y capitoneada (Francisco Segarra) es coronado por dos cabezas de reno textiles (Luzio) que son auténticos trofeos de decoración. Tumbado sobre las colchas de lana cruda que cubren el colchón, podemos mirar películas proyectadas sobre una pantalla retráctil que de lo contrario se esconde en el falso techo de madera para dejar ver el jardín central a través del cuarto de baño principal. Aquí, la intimidad se redefine y está supeditada a la soledad, a cambio se ofrece el goce que proponen las vistas sobre el jardín central, la iluminación natural y la sensación de amplitud del espacio. La planta alargada y rectangular que define el cuarto de baño principal, se distribuye de forma simétrica para ofrecer dos inodoros, y dos zonas de tocador independientes, separados por un amplísimo plato de ducha de común, sobre el que llueve un rociador enrasado a nivel de techo de gran dimensión. En su parte posterior un banco de hormigón encofrado alberga la grifería de acero inoxidable (Cosmetoda) y atraviesa las mamparas de cristal para convertirse, a cada lado de la ducha, en encimeras de lavabo. Sobre ellas, piezas circulares de porcelana (roca) en forma de cuenco y grifos de sobre encimera de acero inoxidable conforman el tocador, conjuntamente con espejos que se descuelgan desde el techo y flotan sobre la gran ventana que mira hacia el jardín. Los inodoros suspendidos (roca) y sus pulsadores han sido empotrados en paramentos verticales revestidos en azulejo rectangular biselado estilo metro para aportar carácter urbano. Atravesando la habitación, el pavimento de madera nos guía hacia el lado opuesto de la vivienda, y este corredor de roble a penas barnizado, ya hacia el final del recorrido se convierte en escritorio gracias al cambio de nivel que volvemos a encontrar en el suelo en el área del despacho y la sala de estar. Aquí no son los techos los que se alzan, sino los suelo de hormigón los que se hunden para conseguir una sensación de altura y amplitud sumamente agradables. La blancura y neutralidad de las paredes circundantes se ve interrumpida por un plano rechapado en acero corten que añade profundidad y textura al conjunto y que dialoga a nivel cromático con los sofás artesanales de asientos de piel y respaldo de lana gris que se han instalado sobre “palets” con ruedas. Poco más requiere esta habitación a parte de un par de obras de arte asbtracto e iluminación indirecta sobre sus paredes, sobre todo, si desde ella se pueden tener de nuevo, vistas sobre el jardín y el exterior de la vivienda. Antes de completar el giro alrededor del jardín y volver al punto de partida, el visitante quizás quiera usar el servicio: Tras una puerta corredera, y envuelto en esmaltado de arcilla artesanal, el baño de cortesía es la auténtica joya “verde” de la vivienda. Mirando directamente sobre el jardín a través de una pared cristal, podemos lavarnos las manos en un esbelto lavabo tipo peana con grifo de suelo niquelado (Muse – Catalano). El pulsador de acero se pierde en la pared trasera revestida en espejo que sirve para comprobar nuestra apariencia, pero sobre todo para traer al interior de este pequeño recinto toda la frescura y tonalidades de verde que hacen de esta casa un cómodo refugio y un salvaje un paraíso. ENG This house with a “lofty” soul and “Green” heart redefine what transparency and spatial openness means to designers and homeowners. To step in this former commercial space turned into a loft, we need to open a wide and generous solid “Iroco” wood set of double doors with iron fittings custom made at the owner´s iron foundry. And as soon as we set foot over the natural oak parquet, we are welcomed by a huge “fish tank” without fish, were leaves and green blossoms float in amidst almost liquid light. We are not talking about the typical bamboo reeds, nor about the very solemn Zen like interior garden, but about an arrangement of local trees of varying heights over a bed of pine bark splashed over by a cascade of light beaming from a false skylight. Surrounding this spectacular garden: The whole house. To the left, caved in the building foundations, we find the living room, surrounded by oversized steps over which an “U” shaped arrangement of cement colour velvet cushions work as a sofa. Over it, an eclectic but subtle mix of designer, hand made, and vintage cushions. From the living room area one can look directly into the interior garden, but also out, through the large window panes; and facing in the opposite direction, the dining area and the kitchen just a few centimetres away but at a higher level. In the dining area, the superb Bedrock Plank A wooden table by the Italian brand Riba 1920, surrounded by the timeless Eames chairs in a concrete tone. The whole arrangement lit by two bundles of oversized clear balloon light bulbs that hang from a deep grey industrial ceiling with metallic beams. To the right a “one of a kind” motorcycle restored by the family craftsmen. Behind the dining areas you´ll find a seemingly technical and industrial kitchen that offers a clean and sophisticated look due to the large and shiny vertical planes of stainless steel that sheet all cabinet doors and side panels. But at the same time, the combination with natural wood horizontal worktops, give the space a cosy warmth while making it practical when it comes to prepare the wholesome dishes and fancy cocktails the whole area seems to be asking for. All this metallic sparkle and stainless steel sheeting enclose the latest generation appliances: a double side by side refrigerator with a wine cellar (Liehber), a panelled grain coffee maker, a smart induction cook top with teppanyaki hot plate, a carbon filter extraction hood, and a laundry and ironing station with means of drainage and ventilation integrated within a cabinet (all AEG). Behind a sliding crystal door a transparent storage pantry exhibits all types of local delicacies, fresh cooking species and wines, all lit up by rail directional projectors cutting themselves out from a dark chalkboard background. Hanging over the isle that works as a storage space and preparation surface at the same time, a pair of vintage “Lindse” iron lamps by Francisco Segarra, and surrounding the piece, five metallic “Bofinger” stools of the same brand turn the area into a bar and the perfect place for brunch. Going around the living room, this time through the left corridor, we step over a concrete runway over which a set of powerful light projectors have been built into the floor in order to gently grace from beneath a naked craft brick wall. Towards the end of this corridor a large solid oak swinging door, without handle or lock, seems to promise to be always open to welcome you to the more private areas of the house. In the master’s bedroom, the bed and headboard stand out for their unique, honest and apparently simple design. Nevertheless, the custom made piece fabricated with natural oak and metallic sewer grates, is at the same time bed frame, night stand, lit headboard, dividing partition and shoe rack on its back side. Behind it, a walk in closet of pure geometry made of anthracite grey laminate reflects itself on a backstage like full size mirror, while offering a soft and confortable dark carpet flooring and just enough storage and seating space for a couple who likes to dress for the occasion and to collect sport shoes. To the right hand side of the bed, and leaning against the wall a two seater chesterfield couch upholstered in tobacco leather by Francisco Segarra is crowned by a couple of stuffed fabric reindeer heads (Luzio) which are true decorative trophies. Wrapped in the raw wool blankets that dress the bed one could watch a movie projected on a roll away screen that stores itself away within the wooden pendant ceiling, so the main interior garden is always visible through the master´s bathroom´s transparent enclosure. Here intimacy is redefined and it is subject to either loneliness or the closing of the wooden venetian blinds. In exchange, the room offers a joyful sight directly into the garden, natural light and a marvellous sense of spatial openness. The elongated rectangular shape that defines the bathroom it is laid out symmetrically so to offer two toilet seats and two independent vanity tops separated by an enormous common shower tray over which an oversized ceiling mounted shower sprinkler promises to pour down like rain. At the back end of the tray, a framed concrete bench hosts a set of designer stainless steel shower taps while running past the glass partitions at each side of the shower to turn itself in to a vanity top. Over this portion, bowl shaped porcelain sinks (Roca), slim sophisticated taps and a set of mirrors hanging from the ceiling virtually floating against the green background. The suspended toilet seats and its recessed push buttons were built in walls covered with white rectangular bevelled tiles, in the style of those in old metro stations so to convey some urban feeling to the space. Walking across the bedroom, the wooden flooring guides us to the opposite side of the house, and this vaguely varnished oak corridor, towards its end, turns itself into a desk, due to the change in the floor level that once again is caved in the foundations of the building so to create a lower and enclosed home office area and entertainment room. The whiteness of the enveloping walls its here interrupted by a plane sheeted in corten steel that add depth and texture to the room while chromatically relating to the hand made sofas with leather seats and grey wool backs installed over wooden palets with wheels. Little more can this room ask for but a couple of abstract paintings, if we take into consideration that while seating here, you also have once again, a privileged view onto the garden and the outside of the house.
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    Project details
    • Year 2014
    • Work finished in 2014
    • Status Completed works
    • Type Lofts/Penthouses / Recovery of industrial buildings
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