CENTRO DE REHABILITACION Y SIMULADORES DE VIDA | JUAN CARLOS PELLEGRINI RICCARDI

MORFOLOGIA Y ETICA
LA REVISTA Y LA ETICA NO DEBIERAN LLEGAR TARDE
Esencialmente, estas líneas, intentan modificar un hecho gris referido a la ética y, simulando un procedimiento alquímico, trasladarlo al plano de la estética, materia propia de nuestra actividad, de nuestro hacer, y de este modo poder acercar una luz a la reflexión.
Se trata de una apropiación, del arrebato de una obra cuyo proyecto y di-rección ejecutiva fueron llevados a cabo por mi socio, y por mí. Así como agua va, los colegas tomaron nuestro proyecto y lo publicaron como de su autoría -hay que señalar su relación anterior con nuestro comitente por otros proyectos- y aprovechando nuestra desvinculación luego de finiquitada la obra, invadieron el espacio diseñado por nosotros y se lo apropiaron.
Hablo desde el sensus, desde el sentido común, y no desde el resentimiento, tratando de incorporar esta experiencia al altruismo que nos caracteriza a los arquitectos. Pero en este punto quiero traer un viejo dicho castellano: "El que se viste de ajeno, en la calle lo desnudan". Nuestra actividad, la arquitectura, como lo que corresponde a todas las artes, a la poesía, y también a la política son del orden del hacer, este orden del hacer es fundamentalmente estético y de por sí, por tratarse de totalidades se encuentra en un plano mayor que la ética.
Los griegos dijeron del hombre que es un viviente logikón ( o sea, dotado de palabra); politikón (que vive en ciudad); gelastikón (que ríe); deinón (terrible); deilón (indigente), pero no lo llamaron Zoon ethikón, porque sería incongruente, ya que el ethos no es de la esencia del hombre, y lo que en esa palabra griega pueda aducir algo del hombre, está repartido en las cinco notas esenciales.
La estética (aisthétikos, que deriva de aisthaneszai, sentir, es la vinculación, el diálogo del hombre, del artista, con la belleza. En cambio ética, del griego ethiké es lo que de alguna manera cuando se le atribuye una relación con el hombre, en todo caso pasa por las costumbres, conductas, por las obligaciones, por la moral, en una de sus acepciones, y por el carácter, por el sello, por lo permanente en su sello, en la otra. De lo cual se deriva un plano superior y uno inferior; para los griegos estética y ética están en relación de subordinante y subordinado, hay que destacar que la nota estética corresponde a un plano diferente y que ella no podría derivar en ninguna forma de la nota ética.
Etica y estética son pues dos palabras griegas cargadas de una densidad semántica que el mundo contemporáneo ha subvertido.
Acá es donde quiero poner de relieve el loable esfuerzo que alienta a los colegas responsables de las organizaciones, colegios o consejos que nos nuclean, esfuerzo con todos sus acentos puestos en la ética, y es como si la ética, -a partir del episodio que me tocó protagonizar, señalado más arriba y motivo de esta nota- se burlase a despecho de un mal entendido, de una no comprensión.
¿Qué abogados, qué juicio, qué resarcimiento económico, qué código de ética podría reparar el daño?
¿No será que se pone un desmesurado énfasis en la ética, cuando nuestra esencia es fundamentalmente estética?
Los profesionales abogados aparentemente más prestigiosos y versados en el tema, al ser consultados, no dieron seguridades de llevar adelante con éxito una acción legal.
Por otra parte, se puede aseverar que hay una estrecha vinculación entre el artista, la obra de arte, la belleza y la estética, siempre que se entienda en el orden del hacer, -en orden de poner en movimiento energías que sólo pueden ser desplegadas o contenidas en el marco de la estética- y no en el marco de las valorizaciones, en el marco de los códigos, o como corolario en el marco de la crítica.
En cambio, aquella vinculación entre el artista y la obra, necesariamente se corresponde con el producto del hacer, con la forma, con la morfología, y así, en este sentido es que la estética se vincula a las artes, a la poesía y a la política, de las cuales siempre se espera, siempre sobreviene una forma. En este sentido podemos decir que la forma siempre es lo primero que vemos, el exterior, pero donde se intuyen los componentes de un complejo trabajo interior, última e insondable labor del artista. En cambio la naturaleza de la ética la lleva a otros planos de la realidad, a la compilación en códigos y manuales, la estadística del comportamiento humano, de lo que despejamos que no siendo necesaria la forma, no la tiene, no la arroja.
Para el arquitecto, la forma es como su modo de su expresión, como su logos, la forma lo pone en el mundo.
Los loables esfuerzos por la ética, por algo que es necesario, que es el contenido del contenedor, y que necesariamente debemos repensar, me lleva a expresar -a partir que la revista del CPAU llegó dos semanas después con la invitación de una importante feria de la construcción, FEMATEC 95- que la revista y la ética no debieran llegar tarde.
PROYECTO Y DIRECCION DE OBRA
CASTELLANI PELLEGRINI ARQUITECTOS